CONVIVENCIA DE PRIMAVERA

Con la llegada del buen tiempo, tiempo de Pascua de Resurrección, hemos celebrado un encuentro de Cruzados y grupos Santa María y Juan Pablo II en Murcia, más concretamente, en Caravaca y Santo Ángel.
El sábado estuvimos en el santuario de la Vera Cruz de Caravaca. Participamos de la eucaristía por la mañana recibiendo indulgencia plenaria concedida por el Papa en este año de la fe. Las palabras del sacerdote nos abrían el camino para la reflexión: el mensaje de Cristo es directo y duro, pero Cristo tiene paciencia con nosotros. Después de disfrutar de una comida compartida en las fuentes del marqués compartimos un rato de experiencias a la luz de una de las homilías de nuestro querido Papa Francisco. Dios es fuente de misericordia, nos espera con paciencia, nos ama con amor infinito, que no podemos entender, porque según nuestro criterio lo vemos injusto, porque reparte el mismo jornal para los que estuvieron en la viña durante más tiempo y los que acabaron de llegar recientemente. Con paciencia nos espera y le pedimos que nos aumente la fe, para que confiemos en Él.
El domingo tuvimos un rato de oración en la capilla de la casa de Santo Ángel. Estuvimos en la Eucaristía por la mañana en la Fuensanta y después nos retiramos a la oración. Meditamos el encuentro con Cristo resucitado como regalo del Padre al Hijo y del Padre a todos nosotros. Que vivamos la alegría de la resurrección todos los días de esta pascua con la ayuda de nuestra madre, María y el auxilio de nuestro juez y abogado defensor, que es Cristo y vino a salvarnos.

EXPERIENCIA DE PASCUA

Pertenezco al grupo Juan Pablo II y soy simpatizante de Grupo Santa María. Por este motivo, este año he participado de la Pascua que este grupo tuvo en la ciudad de Zamora. Mi camino cuaresmal me llevó a vivir esos días con intensidad. Aunque mi propósito era alcanzar una profunda conversión del corazón, las circunstancias de la vida me impedían llegar a tener momentos de intimidad con el Señor en la oración. Pero una cosa son nuestros planes y otra lo que Dios nos tiene preparado. Los instrumentos de los que se sirvió el Señor para que fuera entendiendo lo que la Cuaresma significaba fueron la radio y mi vida familiar. Cada mañana al ir al trabajo sintonizaba Radio María y escuchaba las enseñanzas de Monseñor Munilla con su YouCat, y las reflexiones del evangelio que siguen a las nueve. Me daba cuenta de que no debía hacer grandes compromisos, ni promesas penitenciales, sino únicamente dejarme hacer. En casa con mis hijos salían solos los compromisos y las penitencias que sencillamente debía aceptar. Me invadía la tentación de hacer cosas, de un intenso activismo, pero en el evangelio meditaba que Cristo dejaba todo por ir a orar. Creía que tenía que hacer cosas fabulosas y extraordinarias, cuando a Namaán, el sirio, le indicaron que simplemente se bañara en Jordán. Por eso, trataba de meditar la palabra en los pequeños espacios de tiempo que podía y rezaba el rosario de camino a casa. Al llegar a Zamora viví una experiencia fuerte de fe. Con un grupo numeroso que comparte el mismo estilo de vida es más fácil encontrar a Dios. En la última asamblea no intervine pero me hizo reflexionar mucho. Hablamos de la renuncia de Benedicto y me ayudó el pensar que nuestras pequeñas renuncias de cada día son gracias que nos hacen fuertes en la fe. Debemos cuidar de los nuestros (familia, grupo, amigos) con la oración y salvar los obstáculos que se presenten con la ayuda de María (rezando el rosario) y de la oración. No me planteé nuevos proyectos, ni compromisos, porque sé que irán surgiendo. Lo que sí aprendí es que tengo mi confianza puesta en el Señor y que como María le digo Sí en todo momento.