Tiempo ordinario. Tocaba retiro espiritual. Para descansar, tomar nuevas perspectivas, en definitiva, para estar con el Señor. Muchos temas y meditaciones sobre la mesa: Ciencia y fe; Dios une y el demonio separa; libertad interior...
Dios actúa ahora en el presente, en nuestra realidad con amor gratuito. Y esa mañana de realidad presente se materializaba en una capilla de un hogar cálido espiritual (pero frío por inhabitado), en el que nos propusimos meditar la grandeza del hombre que nos hace únicos e irrepetibles a cada uno. Sobre todo porque Dios se hizo hombre y convirtió lo humano en divino, menos el pecado.
Leímos algunos puntos del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la dignidad de la persona, y nos planteamos cómo miramos nosotros al hombre, cómo los mira Dios. Qué mirada ponemos en nuestro día a día, en las tareas, humanas y divinas, que realizamos.
Contemplamos a través de la lectura de San Pablo, que somos miembros de un Cuerpo en la Iglesia y que como tal nos sentimos llamados a ser Cuerpo de Cristo. ¿Cómo es ese cuerpo en mi grupo, en mi familia?
Un pequeño espacio de tiempo para Dios en una fría mañana de enero, entre tantas ocupaciones y responsabilidades, pero con la gracia de disfrutarlo en silencio, junto a Cristo sacramentado.
EL BLOG DEL GRUPO JUAN PABLO II
BIENVENIDOS a este blog.
Desde el año 2003 formamos una comunidad que comparte experiencias de vida y oración. Fue el Papa Juan Pablo II quien nos impulsó a remar mar adentro, por eso a él le debemos nuestro nombre y mucho más.
Nuestra espiritualidad bebe de las fuentes de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, por lo que nuestro compromiso se centra en ser contemplativos en la acción y llevar a otros la experiencia del encuentro con Jesucristo, vivo y resucitado.
En este blog, queremos compartir con todos los que lo visiten nuestro día a día, nuestras vivencias y nuestras oraciones.
Que Dios les bendiga.
Desde el año 2003 formamos una comunidad que comparte experiencias de vida y oración. Fue el Papa Juan Pablo II quien nos impulsó a remar mar adentro, por eso a él le debemos nuestro nombre y mucho más.
Nuestra espiritualidad bebe de las fuentes de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, por lo que nuestro compromiso se centra en ser contemplativos en la acción y llevar a otros la experiencia del encuentro con Jesucristo, vivo y resucitado.
En este blog, queremos compartir con todos los que lo visiten nuestro día a día, nuestras vivencias y nuestras oraciones.
Que Dios les bendiga.
domingo, 3 de febrero de 2013
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