En la memoria de muchos quedará la convivencia que tuvimos en Letur. Un sitio excepcional, un tiempo variado y un buen rollo han formado el cóctel irresistible para esta experiencia de celebración. Nos reunimos para celebrar los ocho años de grupo como cada final de mayo. Íbamos con la alegria de la reciente beatificación de nuestro querido Juan Pablo II, así decoramos la casa con sus imágenes y textos que nos sirvieron de lema y reflexión. Desde la primera noche en la que no faltó la comida (tampoco el resto de los días) hasta la tarde del domingo disfrutamos de un buen ambiente de cercanía, risas, conversaciones e intimidad que tanto nos hacía falta.
Dios nos ha unido más en su amor, de eso puedo estar seguro. En sus manos hemos estado, viviendo de cerca la providencia como Maricarmen nos invitaba a reflexionar en la mañana del sábado. No hay más que recordar la misa del domingo que al final la tuvimos cuando queríamos y con obispo. El Papa Juan Pablo también ha intercedido por nosotros llenándonos de la energía que acostumbraba a derrochar. La asamblea y la vigilia oración nos hicieron caer en la cuenta de la cantidad de bendiciones que tenemos continuamente y el amor que recibimos de María.
Gracias a todos por vuestra entrega al grupo Juan Pablo II. Es nuestro compromiso, crecer juntos en la fe, a través de la oración y de la experiencia compartida de la vida cristiana. Gracias al beato Juan Pablo II que siempre nos ilumina, gracias a nuestros cruzados que tanto nos quieren y gracias a Dios por entregarme esta familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario