EL BLOG DEL GRUPO JUAN PABLO II
BIENVENIDOS a este blog.
Desde el año 2003 formamos una comunidad que comparte experiencias de vida y oración. Fue el Papa Juan Pablo II quien nos impulsó a remar mar adentro, por eso a él le debemos nuestro nombre y mucho más.
Nuestra espiritualidad bebe de las fuentes de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, por lo que nuestro compromiso se centra en ser contemplativos en la acción y llevar a otros la experiencia del encuentro con Jesucristo, vivo y resucitado.
En este blog, queremos compartir con todos los que lo visiten nuestro día a día, nuestras vivencias y nuestras oraciones.
Que Dios les bendiga.
Desde el año 2003 formamos una comunidad que comparte experiencias de vida y oración. Fue el Papa Juan Pablo II quien nos impulsó a remar mar adentro, por eso a él le debemos nuestro nombre y mucho más.
Nuestra espiritualidad bebe de las fuentes de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, por lo que nuestro compromiso se centra en ser contemplativos en la acción y llevar a otros la experiencia del encuentro con Jesucristo, vivo y resucitado.
En este blog, queremos compartir con todos los que lo visiten nuestro día a día, nuestras vivencias y nuestras oraciones.
Que Dios les bendiga.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Experiencia de oración y apostolado
Somos un matrimonio que sentía la necesidad de colaborar con su parroquia. Por este motivo un buen día fuimos a preguntar al párroco cómo podríamos ayudar. Al contarle nuestro bagaje pasado, nos comentó que necesitaba a alguien que se encargara de la catequesis de primer año y así lo hicimos. Los niños de primer año reciben la catequesis de sus padres en sesiones que ocurren en casa, pero una vez al mes reciben asesoramiento metodológico, didáctico y temático en la parroquia. Esta es suponía que era nuestra misión, pero en realidad nuestra misión era la de catequizar a los padres mediante un nuevo despertar en la fe. De este modo debemos reflexionar con ellos de manera profunda sobre los temas que van a tratar con sus hijos para recordar valores y prácticas religiosas que podían tener olvidadas. En este sentido, nos dimos cuenta que al intentar ayudar y colaborar con nuestra parroquia, nos estábamos ayudando a nosotros mismos también ya que al transmitir nuestras experiencias y preparación, estábamos reflexionando con ellos en voz alta y así realizando un momento de oración tan necesario en nuestras vidas.
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